Además de financiar la protección y restauración de los ecosistemas naturales, los proyectos que generan créditos de carbono certificados también desempeñan un papel crucial en el apoyo a las comunidades más afectadas por el cambio climático, así como en el establecimiento de sistemas e infraestructuras para mejorar la resiliencia.
Los créditos de carbono son un elemento clave en el rompecabezas de la acción climática corporativa: si bien las empresas deben priorizar el establecimiento de objetivos basados en la ciencia y la reducción neta de emisiones, los créditos de carbono permiten a las empresas tomar medidas ahora que compensen sus emisiones residuales y, lo que es más importante, financiar la transición global hacia las cero emisiones netas.
Como se indica en los principios de South Pole sobre el uso de créditos de carbono y para garantizar que la acción climática sea significativa, resulta crucial que las empresas adquieran créditos de carbono de alta calidad. Sin embargo, muchas empresas continúan teniendo dudas sobre cómo mejorar sus procesos de compra. Un estudio reciente de South Pole sobre las solicitudes de propuestas de compra de créditos de carbono reveló que el 80% de las solicitudes pedían algún tipo de apoyo en materia de due diligence.
Parece evidente que el mundo corporativo se está planteando la siguiente pregunta: ¿cómo puedo controlar el riesgo y maximizar el impacto al comprar créditos climáticos?
Como la mayoría de las inversiones, la compra de créditos de carbono nunca está exenta de riesgos al 100%. Entre los riesgos más habituales de los créditos de carbono se encuentran los asociados a la adicionalidad, la permanencia y las fugas*, y estos riesgos varían en función de los tipos de proyectos de carbono, las tecnologías y su ubicación.
Asimismo, en periodos de rápida evolución de las condiciones del mercado, los créditos solicitados pueden no estar disponibles cuando llegue el momento de la compra, y la fluctuación de los precios puede limitar la capacidad de las empresas para sacar provecho a las compras estratégicas.
Ahora bien, algunos de estos riesgos son controlables. Por ejemplo, una empresa puede elegir qué tipos de créditos comprar y, por ende, puede gestionar mejor cómo se materializan estos riesgos en la práctica. Aunque siempre habrá riesgos que escapen al control de una entidad (los créditos de todo tipo pueden verse envueltos en una narrativa de prensa más amplia en torno a la crítica crediticia), un proceso de compra bien dirigido y basado en las mejores prácticas puede minimizar estos riesgos.
Aunque las necesidades específicas pueden variar de una entidad a otra, recomendamos a todos los compradores que sigan los cuatro pasos que se describen a continuación para tener confianza en los créditos de carbono que seleccionen.
Sin duda, el éxito de cualquier sistema de compra de créditos depende de un conjunto de partes interesadas bien informadas. En particular, una entidad debe alinearse internamente sobre "por qué" está interesada en la compra de créditos y qué significará una compra de créditos o un objetivo de créditos dentro de su estrategia climática más amplia.
A medida que una empresa establece objetivos para reducir sus emisiones, los créditos de carbono pueden utilizarse para compensar las emisiones que aún no ha reducido y/o las absorciones de dióxido de carbono (CDR, por sus siglas en inglés) pueden utilizarse para hacer frente a las emisiones que no se pueden reducir, tal y como recomienda la Iniciativa de Objetivos Basados en la Ciencia (SBTi, por sus siglas en inglés). La SBTi afirma que las empresas deben tratar de lograr una "mitigación más allá de la cadena de valor" (BVCM, por sus siglas en inglés), que incluye la compra de créditos de carbono (como créditos de protección forestal (REDD+) o CDR de proyectos de captura directa de aire), para financiar la acción climática fuera de su cadena de valor. Las directrices de Net Zero de la SBTi recomiendan la BVCM como el segundo paso en la jerarquía de mitigación después de la reducción de emisiones, y subraya que se trata de un componente crítico en nuestras ambiciones sociales para abordar el cambio climático.
Alinearse con las directrices de Net Zero de la SBTi es un ejemplo de un objetivo de compensación de emisiones de carbono que puede fijarse una organización. Sin embargo, las entidades pueden contar con otros motivos válidos al margen de éstos para adquirir créditos, ya se trate de un objetivo a medida o de una ambición integrada en una estrategia de sostenibilidad más amplia.
Además, los objetivos de compensación de carbono pueden alcanzarse de diferentes maneras en función de las motivaciones de la empresa. Las empresas pueden querer alinear sus compras de créditos con sus ambiciones de impacto social (por ejemplo, una empresa que fabrica productos destinados a las mujeres puede estar interesada en proyectos con créditos que generen cobeneficios que se alineen con el Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 - Igualdad de género y empoderamiento de las mujeres) o su cadena de valor (por ejemplo, una empresa que vende productos de papel puede estar interesada en créditos forestales).
Más allá de identificar sus principales motivaciones, las partes interesadas deberán conocer las diferencias entre los distintos tipos de crédito (por ejemplo, los basados en la naturaleza o en la tecnología), el mercado y las consideraciones de compra. Conocer bien estos aspectos es esencial para tomar decisiones firmes y garantizar que las ambiciones se hagan realidad.
Cuando una entidad analiza formalmente sus motivos para comprar créditos y lo combina con una sólida formación al respecto, es importante que combine estos elementos en un objetivo de compra formalmente identificado. Un objetivo de crédito sólido incluirá cualquier directriz presupuestaria, el volumen de compra necesario y cualquier alineación de marca deseada (por ejemplo, créditos asociados a la cadena de valor de la entidad y consideraciones para las ambiciones de impacto social).
Existen diversos factores a tener en cuenta a la hora de adquirir créditos, que van desde la alineación con determinados estándares hasta los cobeneficios deseados, las preferencias geográficas y la calidad de la gestión del proyecto, entre otros.
Sin embargo, la priorización y la tolerancia al riesgo de cada una de estas consideraciones variará de una parte interesada a otra y de una entidad a otra. Por ello, las partes interesadas internas deben tratar de llegar a un consenso sobre dichos factores. A partir de ahí, una entidad puede establecer expectativas sobre su umbral de riesgo para las consideraciones clave.
Por ejemplo, pensemos en una entidad que se propone adquirir créditos y está considerando cómo priorizar diferentes criterios. Dentro de su proceso de revisión, puede darse cuenta de que las Soluciones Basadas en la Naturaleza (NBS, por sus siglas en inglés) a menudo presentan más riesgo de permanencia que otros tipos de crédito, mientras que las diferentes geografías pueden plantear una variedad de riesgos basados en la gobernanza y las estructuras jurídicas inherentes a un país o región. Mientras tanto, una normativa menos establecida o controvertida, o incluso el propio tipo de crédito, pueden plantear problemas de reputación (por ejemplo, los créditos que han sido rechazados por determinadas entidades reguladoras o estándares del sector pueden ser vistos como menos favorables por otros en el mercado de carbono más amplio). Una entidad expuesta a tales consideraciones debe comprender los factores subyacentes de tal riesgo y utilizar esa comprensión para cuantificar su tolerancia al mismo.
Siguiendo nuestro ejemplo, el comprador puede optar por asumir cierto riesgo de gobernanza, pero solo en determinadas zonas geográficas. De la misma forma, pueden estar dispuestos a tolerar cierto riesgo de permanencia en proyectos basados en la naturaleza, pero no en zonas geográficas propensas a desastres naturales (por ejemplo, incendios forestales). Tal vez seleccionen un determinado estándar o conjunto de socios de proyecto para filtrar aún más los créditos y alinearse con su tolerancia al riesgo preferida. Los compradores más sofisticados pueden optar por analizar criterios más matizados que se refieran a las intersecciones con este riesgo. En este caso, el comprador puede estar abierto a adquirir un crédito NBS en una zona con problemas de permanencia (por ejemplo, alto riesgo de incendios forestales) si ese crédito se encuentra en una geografía con sistemas de gobierno excepcionales y se desarrolla con socios de proyecto de alta reputación bajo un estándar reconocido internacionalmente. La idea aquí es que el bajo riesgo de ciertos factores (o, específicamente, los factores que son más importantes para la entidad) equilibra el perfil de riesgo global de la compra, incluso si la compra también incorpora algunas características más arriesgadas.
Este ejercicio presenta una serie de ventajas. En primer lugar, permite alinear claramente las prioridades clave de la empresa y su justificación. Y lo que es más importante, permite a una entidad mostrarse más ágil en un mercado complejo y en rápida evolución. Dado que los créditos suelen dejar de estar disponibles durante un largo proceso de solicitud de ofertas, las entidades pueden, si definen claramente sus prioridades con una serie de criterios de compra, seleccionar eficazmente en un mercado que puede no tener exactamente lo que desean.
Basándose en los criterios establecidos, las entidades deben consolidar sus conclusiones en una solicitud clara para los proveedores de créditos.
Si bien las entidades pueden necesitar meses para alinearse internamente en la selección de créditos de carbono, normalmente el mercado de carbono no permite a los proveedores de créditos mantener en vigor los créditos ofrecidos durante meses. Por este motivo, es necesario que los compradores elaboren un proceso de selección que tenga en cuenta el hecho de que la mayoría de los proveedores de créditos no mantendrán la oferta durante más de 10-20 días laborables. Es comprensible que los interesados puedan tener una serie de preguntas sobre los proyectos de carbono ofrecidos. Sin embargo, no deben esperar que el proveedor de créditos de carbono responda a todas esas preguntas durante la oferta. Es importante que los compradores distingan entre las preguntas que deben dirigirse al proveedor de créditos durante el periodo en que los créditos están en oferta y las preguntas para las que los compradores necesitan respuesta antes de salir al mercado. Esto ayudará a agilizar el proceso de compra y a fomentar la formación interna sobre el carbono.
Las entidades deberían enfocar las preguntas de los proveedores de crédito hacia aspectos específicos del proyecto, como por ejemplo:
Con el fin de actuar con rapidez en un mercado en el que los créditos se suelen comprar rápidamente, South Pole recomienda evitar los largos procesos de solicitud de propuestas y, en su lugar, establecer los términos y condiciones por adelantado y estructurar la solicitud de forma que se pueda decidir fácilmente si se acepta o no, a fin de garantizar los créditos en un mercado competitivo. Dependiendo de cómo enfoque una entidad sus compras de créditos de carbono, puede plantearse preguntar al propio proveedor si su petición es razonable en función de las condiciones actuales del mercado. Al final, es más eficiente tanto para el proveedor de créditos como para el comprador corregir el rumbo desde el principio y ayudar al comprador a comprender mejor el mercado.
Para garantizar la consecución continua de los objetivos climáticos, las entidades deben establecer un sistema estable de compras informadas. Si una organización forma a sus empleados para que sigan haciendo operativo este tipo de compras, podrá ejecutar con éxito compras a crédito año tras año.
Como parte de esta sistematización, las entidades pueden considerar la revisión continua, las actualizaciones y el establecimiento de criterios de compra, asignando formalmente la responsabilidad de compra de los créditos a alguien de la compañía, así como la formación continua para los compradores y las partes interesadas de la organización. Por otro lado, las entidades deben estar abiertas a dar y recibir opiniones, ya que los proveedores de créditos no pueden mejorar su oferta si no saben cuáles son los puntos de mejora. Del mismo modo, los compradores no podrán mejorar su proceso de compra de créditos si no saben qué es lo que falla.
Aunque el proceso anteriormente descrito comprende los pasos generales necesarios para el éxito de la revisión y la compra de créditos, los detalles de la implementación pueden ser complejos. Por ello, South Pole ofrece servicios de consultoría** para ayudar a las entidades a elaborar y aplicar estas estrategias de compra de forma que la adquisición de créditos se ajuste a sus objetivos climáticos. Si se hace bien, un sistema de compra de créditos informado y claro permitirá una ejecución eficiente y eficaz de las compras. Asimismo, permitirá a las entidades asegurarse los créditos más apropiados al precio adecuado, mitigando al mismo tiempo el riesgo.
*La adicionalidad se refiere a las reducciones de emisiones que no se habrían producido sin los ingresos procedentes de la venta de créditos de carbono, la permanencia se refiere a la durabilidad del crédito de carbono, y la fuga se refiere al desplazamiento de emisiones desde la ubicación del proyecto de créditos de carbono a un lugar no protegido.
**Los servicios de consultoría sobre créditos de South Pole no incluyen la solicitud de ofertas en nombre de compradores finales.