Los impactos previstos del cambio climático son peores de lo esperado y superan rápidamente nuestros esfuerzos de adaptación. El Secretario General de la ONU, Antonio Guterres, llegó a decir que "la adaptación salva vidas" y que "el retraso significa la muerte". La cruda realidad es que se invierte extremadamente poco en la adaptación al cambio climático, lo que puede poner en riesgo vidas.
Este es el veredicto del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU sobre los impactos del cambio climático y la capacidad de la humanidad para adaptarse a ellos. Llega poco después de que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente advirtiera de que los incendios forestales podrían aumentar un 50% a finales de este siglo.
El nuevo informe explica que los peores impactos están "fuertemente concentrados entre las poblaciones vulnerables más pobres". Aunque el informe se centra principalmente en los efectos climáticos en las ciudades, las zonas costeras y las zonas bajas, sus conclusiones son muy preocupantes para las comunidades que viven en las zonas rurales de los países en desarrollo. Un grupo especialmente vulnerable es el de los pequeños agricultores, que producen aproximadamente el 80% de la producción agrícola, lo que pone en peligro a economías enteras y supone un riesgo de interrupción del suministro de alimentos.
La principal novedad del informe de hoy es que se centra en las soluciones para evitar los peores efectos del cambio climático y limitar los daños de los fenómenos meteorológicos extremos, especialmente en los países en desarrollo.
Creado en 2019, el Fondo de Resiliencia del Paisaje (LRF) es una de las pocas empresas que buscan aumentar la inversión en adaptación en los próximos cinco años. El LRF ha sido desarrollado conjuntamente por el WWF y South Pole, con la participación de Chanel como inversor principal, para financiar la adaptación en paisajes en riesgo.
El objetivo del LRF es sencillo: financiar empresas y proyectos que tengan el mayor potencial para proteger a las personas y la naturaleza en territorios que se enfrentan a impactos desastrosos del cambio climático. Desde los cultivadores de cacao en dificultades hasta los productores de ratán dependientes de los bosques, el LRF trata de utilizar un innovador enfoque de financiación combinada para garantizar que las ideas climáticamente inteligentes prosperen y se conviertan en empresas escalables que protejan a las personas y la naturaleza.
En relación con el último informe del IPCC, Urs Dieterich, Director General del Landscape Resilience Fund, dijo: "Lo que le está ocurriendo a nuestro clima en estos momentos da miedo y es chocante, pero, por desgracia, no es sorprendente. Los científicos llevan años advirtiendo de estos impactos. Un clima estable y unos ecosistemas naturales sanos son los pilares fundamentales de nuestras economías, sociedades y estabilidad mundial.
"La buena noticia es que estamos en el precipicio de una explosión de soluciones innovadoras orientadas a ayudarnos a todos a sobrevivir, incluso a prosperar, en un clima cambiante. Aquí es donde las empresas tienen un papel fundamental que desempeñar". El LRF es uno de los pocos fondos que tratan de canalizar la inversión privada hacia los paisajes y las comunidades que se verán más afectados por el cambio climático extremo.
"Dada la cantidad de retóricas empresariales en torno a la lucha contra el cambio climático, esperamos que el mensaje de hoy del IPCC llegue a sus destinatarios. Para tomar las riendas de verdad, tenemos que reorientar los flujos financieros hacia empresas, actividades y proyectos que impulsen la resistencia al cambio climático, especialmente en los países en desarrollo."
La brecha entre lo que necesitamos gastar en adaptación a nivel mundial, y lo que se está gastando actualmente, está creciendo. Esto es especialmente preocupante para los países en desarrollo, que sufrirán algunos de los impactos más extremos, a pesar de contribuir muy poco al cambio climático. En la actualidad, sólo una parte de la financiación para el clima se destina a la adaptación, y de la financiación para la adaptación que se ha seguido, prácticamente ninguna procede del sector privado.
A pesar de ser una de las principales preocupaciones de la mayoría de las empresas e inversores, la reciente encuesta de South Pole sobre net zero muestra que la adaptación climática todavía no es una prioridad de inversión. La encuesta reveló que más de la mitad de las empresas encuestadas (58%), indicaron que la adaptación climática era, en paralelo con el cumplimiento de los objetivos net zero, una prioridad clave para defenderse de los peligros de un mundo que se calienta. Sin embargo, sólo el 7% afirmó haber aumentado el gasto en iniciativas relacionadas con la adaptación.
"Como advierte el IPCC, si no actuamos ahora, los impactos del cambio climático aumentarán de forma alarmante", continúa Dieterich. "Es hora de que las empresas den un paso adelante y empiecen a invertir en la adaptación".
Dado que más de la mitad del PIB mundial depende de la naturaleza y sus servicios, la pérdida de la naturaleza tendrá un efecto material en la mayoría de las empresas al afectar a las operaciones y las cadenas de suministro. Aparte de los impactos físicos, la inactividad en materia de resiliencia y adaptación climática también amenaza la reputación de las empresas y su licencia social para operar.
De cara al futuro, múltiples tendencias sugieren que las empresas que inviertan en medidas de adaptación estarán mejor preparadas para los colosales desafíos climáticos que están por venir.
Como advierte el IPCC, si no actuamos ahora, los impactos del cambio climático aumentarán de forma alarmante. Es hora de que las empresas den un paso adelante y empiecen a invertir en la adaptación.