La descarbonización de la moda es ahora más que nunca la única opción estratégica para el sector. La industria de la moda, que genera entre el 2 y el 5% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, necesita un cambio radical en la acción climática. Si el sector sigue creciendo siguiendo un modelo de continuidad, las proyecciones estiman que las emisiones aumentarán hasta 1.500 Gt en 2030, una tendencia insostenible que corre el riesgo de obstaculizar nuestros esfuerzos para alcanzar los objetivos climáticos del Acuerdo de París.
Acciones sectoriales como la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática y el Pacto de la Moda son iniciativas loables y muy necesarias para unir a los grupos de interés de la moda hacia un futuro más verde, pero el progreso es demasiado lento. Con unas cadenas de suministro complejas y a menudo dispersas geográficamente, la moda tiene un enorme potencial de cambio, un potencial que debe canalizarse en una hoja de ruta tangible para una acción climática ambiciosa.
El paso clave para la acción climática es una estrategia climática sólida. En South Pole hemos elaborado una hoja de ruta que guía a las empresas en su camino hacia el liderazgo climático: la sostenibilidad:
Existen varias acciones que pueden aplicarse hoy en día en toda la cadena de suministro, desde el abastecimiento (por ejemplo, invirtiendo en prácticas de abastecimiento y materiales más sostenibles), hasta la producción (en acciones como la maximización de la eficiencia y el diseño de los materiales, los materiales de nueva generación, el reciclaje y el upcycling de los materiales) y la logística (cambiando a la energía 100% renovable).
El impacto potencial de la moda es enorme. El compromiso y la participación de los agentes de la cadena de suministro, los inversores y los consumidores, y su alineación con el camino de la sostenibilidad de la industria, desencadenará un cambio real para el sector, la sociedad y el medio ambiente, tanto ahora como a largo y mediano plazo.