Plantación de árboles para mitigar el cambio climático y reducir la presión sobre los ecosistemas naturales amenazados.
El proyecto está ubicado en la increíblemente biodiversa cuenca del río Orinoco, que alberga dos ecosistemas en peligro crítico. De hecho, Colombia es el segundo país más biodiverso del mundo por kilómetro cuadrado y alberga alrededor del 10% de la flora y fauna del mundo. Sin embargo, las tasas de deforestación se están disparando. En 2020, se arrasó un área de bosque del doble del tamaño de la ciudad de Nueva York, principalmente debido a la ganadería, las prácticas agrícolas no sostenibles y la tala. Por lo tanto, se requieren soluciones urgentes para que el país proteja los bosques que le quedan y reduzca sus emisiones de gases de efecto invernadero.
realizadas entre 2011 y 2020, sobre temas como la plantación, la vigilancia y la seguridad en el trabajo
en una industria típicamente dominada por hombres
que contribuyen al desarrollo local de la región.
en promedio cada año desde el inicio del proyecto
aliviando la presión sobre el bosque ancestral y protegiendo el hábitat de la fauna en peligro de extinción.
El proyecto en Puerto Carreño está diseñado para crear una alternativa comercialmente viable a la ganadería extensiva que ha dejado degradada gran parte del área del proyecto. Para ello, el proyecto aumenta la cobertura forestal de la región, captura el carbono y produce madera sostenible. Bajo la supervisión de expertos locales, ¡casi 200 empleados locales plantan, mantienen y cosechan especies de árboles nativos cuidadosamente seleccionados en 3000 hectáreas!
El proyecto ha impulsado un cambio en la forma en que se utiliza la tierra, convirtiéndola nuevamente en un sumidero de carbono saludable. Al producir madera usando prácticas que se adhieren a los más altos estándares ambientales y promoviendo la conservación de vida silvestre, el proyecto alivia la presión sobre los ricos ecosistemas naturales circundantes, incluidos los raros palmerales acuáticos, ya que ya no se explotan para obtener madera ni se talan para la agricultura. Esto protege el hábitat de cuatro especies en peligro de extinción o en peligro crítico en la región, incluida la nutria gigante. Además, dado que el proyecto se ubica en una zona con pocas oportunidades formales de trabajo, el esquema de capacitación técnica y los puestos de trabajo del proyecto son bien recibidos por las personas que viven cerca. Además de esto, se han lanzado otras iniciativas generadoras de ingresos como la apicultura y la artesanía para garantizar que las comunidades locales no tengan que depender de prácticas insostenibles para llegar a fin de mes.
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